Te olvidaste de darme los buenos días, y mis besos de buenas noches se fueron apagando
Juega
¿Todavía te compadeces? ¿Es que no has aprendido nada? A estas alturas de la película, ya sabes quienes son los personajes, quienes son los buenos y quienes los malos. Quien juega limpio y quien juega sucio, sabes quien va de frente y quien miente. Sabes que no te puedes fiar, sabes que te intentan convencer, que mienten más que hablan, sabes que no tienes que caer, sino seguir su puto juego. Juega y compite. Usa tus trucos más sucios, no te compadezcas, no sientas pena, que ellos no lo hacen. Haz lo que quieras, con quien quieras, pero no caigas, te repito no caigas, si no quieres que te jodan. Es eso, un juego, y el que gana y consigue sus objetivos abandona la partida con una puta sonrisa dibujada en su cara, y ¿el que pierde? Tú, en este caso. Por haberte fiado, por haberte creído todo lo que te decía, por que te regaló los oídos, por haberte dejado llevar. Lucha. Juega. Que si alguien tiene que llorar que no seas tú, que si alguien tiene que estar mal que no seas tu, que si alguien tiene lo que se merece, esa no eres tu. No te mereces eso. Que sea él. Olvida e inicia una nueva partida. Nuevas partidas, nuevos aspirantes a algo, nuevos contrincantes. No vuelvas, nunca, a por una revancha si no estas segura de ganarla. No juegues una partida que perdiste, no dejes que te derroten otra vez. No apuestes todo en la partida, arriesgar todo es demasiado. Conocerás mil formas de jugar, mil formas de tirar el dado, mil formas de mover ficha, sácate los ases de la manga. Juega hasta que estés segura de que la partida no va acabar mal, que no vas a salir perdiendo, que la partida va a durar, que no habrá un jaque mate. Pero mientras, juega.
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