Te olvidaste de darme los buenos días, y mis besos de buenas noches se fueron apagando

Planes sin pensar. A las 12 paso a buscarte, no tardes en bajar que no puedo aparcar en doble fila. Meter en la maleta ropa de fiesta, toalla de playa, bikini, zapatos y algún chándal. Esperar que llegue el día siguiente y despertar antes de que suene el despertador. Desayunar tranquilamente y escuchar música a la vez que aumentan las pulsaciones del corazón por las ansias de que llegue la hora y los minutos, segundos justos para empezar una nueva aventura, a su lado. Encender un cigarro, dar una calada y ley de Murphy, oírte tocar el claxon del coche. Apagar el cigarro, coger todo, dar dos besos a todos, y decirles “llamaré cuando llegue”. Bajar las escaleras con una sonrisa en la boca, abrir la puerta del portal y verla a ella en el vado de enfrente sonriendo y con el maletero abierto esperando a que llegue. Soltar las maletas, darnos un abrazo de los que hacen historia y decir al mismo tiempo “Dios marida!" Colocar las maletas, ponernos en el cinturón, mirarnos y arrancar.

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