Te olvidaste de darme los buenos días, y mis besos de buenas noches se fueron apagando

No te preocupes por el alquiler y las condiciones del contrato, ya lo hablaremos tranquilamente, llegaremos a un mutuo acuerdo. Mi último inquilino no tuvo pegas pero no me convenía tener alguien así bajo mi mismo techo. No le eché, simplemente venció el contrato, ya era demasiado tiempo. Quedó reducido a cenizas, como leña que arden en la brasa. Te diré sinceramente que puedes quedarte cuanto quieras, podríamos firmar un contrato indefinido, he oído hablar tan bien de ti que si decides quedarte te lo voy a poner muy fácil para que no te quieras marchar. En cuanto te instales voy a poner tu nombre en el buzón, Felicidad, para que puedas recibir tu correspondencia sin demora, y ¿por qué no? Para que sepan que vives conmigo, que vivo contigo. El antiguo inquilino dejó algunos desperfectos, dañó tuberias y rompió paredes de este pequeño corazón que poco a poco, con tu ayuda y la suya se irá arreglando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario