Te olvidaste de darme los buenos días, y mis besos de buenas noches se fueron apagando

SOLEDAD

Hola. Puedes quedarte hasta que encuentres algo mejor, dos meses como mucho, como pactamos en el contrato, el que firmamos hace tres días. Puedes quedarte, dormirás en la habitación del fondo, es pequeña, las paredes están pintadas de color blanco, no hay cuadros, solo una ventana que da a la calle, desde la que no observaras gran cosa, por la noche tan solo algún que otro coche pasar y poco más, puedes colocar tus fotografías en la pared si quieres. Puedes dejar tu ropa en el armario de madera, y colocar tus zapatos en el zapatero de al lado. Las sabanas están limpias, cuando las quieras cambiar, las mudas están en el segundo cajón, puedes poner la que prefieras. Si no te sirve la almohada, o prefieres dormir con cojines están en el altillo de la habitación, cógelos. Hablando de la televisión pequeña que tienes en la mesita, tienes que colocar la antena para ver la sexta, las demás se ven bien. El teléfono lo podrás utilizar las veces que quieras, pero ten en cuenta que lo compartimos. El salón, la cocina y el baño al ser zonas comunes podrás estar en ellas el tiempo que quieras. Mi sofá es el pequeño, el que está al lado de la ventana, me encanta ver la tele y escuchar como cae la lluvia en las noches frías de invierno, girar la cabeza y ver el cielo partido en dos por un rayo cuando hay tormentas eléctricas en verano. No perdono las películas románticas, las de amor de cuento de hadas, las que me hacen sentir que cualquier día el amor verdadero llamara a mi puerta o me mandara un sms, tampoco Los Hombres de Paco. Cenaremos en el salón. Comeremos en la cocina, se cocinar, pero cocinaremos a medias, igual que haremos con la limpieza. Me gusta tomarme mi tiempo en la ducha, sin prisas, escuchar música mientras y secarme en mi habitación. Si sales, puedes volver a la hora que quieras, eso sí, si te vas y no estoy déjame una nota en la entrada, al lado del cuadro, diciéndome si vas a venir a comer o a cenar, lo mismo hare yo. No me gusta que nadie abra el cajón del salón, el de la mesilla del teléfono, no me gusta que nadie se meta en mi pasado, que mire mis fotos, mis recuerdos, mis lagrimas y mis trozos de corazón sin pegar. Solo me queda decirte una última cosa, no le digas a nadie, por favor, que vives conmigo y que te llamas Soledad.

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