Te olvidaste de darme los buenos días, y mis besos de buenas noches se fueron apagando
Las heridas provocadas por lo cortes, las yagas, las magulladuras fueron cicatrizando poco a poco, fueron curando con el tiempo. Y como una pompa de jabón soplada, aquello que todavía guardaban en lo más profundo de su ser, iba aumentando, con cautela de no soplar demasiado fuerte como para hacerla explotar. Pero esa pompa nunca ocuparía e lugar de aquel mundo de cristal, de aquel pasado. El decía que intentaría todo, ella no creía, ya no confiaba en las palabras aunque salieran del alma, quería hechos, que no llegaron. Una breve batalla y un soldado que dice tener fuerza y ganas de luchar, pero no es lo que se ve aparentemente, un soldado que abandonó por no conseguir su objetivo, hacerla c a m b i a r.
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