Cambios de humor, tan pronto en lo más alto, riendo, pensando en positivo, viendo la cara a la moneda, ofreciéndote a mejorar el día a cualquiera. Y como si de pasar la página de un libro se tratase todo cambia, tu humor también. No es que te vengas abajo de ánimo, sino que no aguantas nada, no pasas ni la más mínima, es como si estuvieras conectado a la corriente eléctrica y la mínima chispa provocase un cortocircuito. Por cualquier motivo o sin él, se te cruzan los cables y no hay quien te tosa, estás inaguantable y hasta tú mismo lo notas. Quizá el día gris, las gotas de lluvia empapando todo a su caída, ayuden. De camino a casa, una tromba de agua se cruza en tu camino como esas miradas que no agradeces, sueltas todo tipo de palabras mal sonantes por que hace frio y por mucho paraguas que lleves, el viento intenta arrebatártelo y crees que hasta inventando nuevas palabrotas, cesará el viento y con él, la lluvia. Rodeas charcos, cruzas calles por donde casi un rio no te lleve por delante pero…tus pies están empapados. Tus botines y los dos pares de calcetines que te pusiste con el objetivo de evitar la congelación de tus dedos están mojados, empapados. Al unísono que tus pasos, vas notando como el agua va a terminar rebosando por alguna parte de tu calzado, no sabes si seguir tu camino con ellos puestos o en la mano, total… Queda poco de tu camino hasta el metro, rodeas ese callejón que estará de barro hasta las trancas, casi arenas movedizas en las que si te metes, te costará salir. Pasas al lado de portales que acogen por breves periodos de tiempo a nuevos inquilinos que intentan resguardarse del aguacero que está cayendo, que están mojados más o menos como tú. Con tu cara de perro por el tiempo, frio y con los pies que sabes que están ahí porque los ves, pero no los sientes…te sale una carcajada cuando un coche pasa por un paso de peatones inundado, levanta el agua como si de una ola se tratase y ves la reacción de aquellos que esperaban para cruzar.
Cambios de humor, tan pronto en lo más alto, riendo, pensando en positivo, viendo la cara a la moneda, ofreciéndote a mejorar el día a cualquiera. Y como si de pasar la página de un libro se tratase todo cambia, tu humor también. No es que te vengas abajo de ánimo, sino que no aguantas nada, no pasas ni la más mínima, es como si estuvieras conectado a la corriente eléctrica y la mínima chispa provocase un cortocircuito. Por cualquier motivo o sin él, se te cruzan los cables y no hay quien te tosa, estás inaguantable y hasta tú mismo lo notas. Quizá el día gris, las gotas de lluvia empapando todo a su caída, ayuden. De camino a casa, una tromba de agua se cruza en tu camino como esas miradas que no agradeces, sueltas todo tipo de palabras mal sonantes por que hace frio y por mucho paraguas que lleves, el viento intenta arrebatártelo y crees que hasta inventando nuevas palabrotas, cesará el viento y con él, la lluvia. Rodeas charcos, cruzas calles por donde casi un rio no te lleve por delante pero…tus pies están empapados. Tus botines y los dos pares de calcetines que te pusiste con el objetivo de evitar la congelación de tus dedos están mojados, empapados. Al unísono que tus pasos, vas notando como el agua va a terminar rebosando por alguna parte de tu calzado, no sabes si seguir tu camino con ellos puestos o en la mano, total… Queda poco de tu camino hasta el metro, rodeas ese callejón que estará de barro hasta las trancas, casi arenas movedizas en las que si te metes, te costará salir. Pasas al lado de portales que acogen por breves periodos de tiempo a nuevos inquilinos que intentan resguardarse del aguacero que está cayendo, que están mojados más o menos como tú. Con tu cara de perro por el tiempo, frio y con los pies que sabes que están ahí porque los ves, pero no los sientes…te sale una carcajada cuando un coche pasa por un paso de peatones inundado, levanta el agua como si de una ola se tratase y ves la reacción de aquellos que esperaban para cruzar.

No te preocupes por el alquiler y las condiciones del contrato, ya lo hablaremos tranquilamente, llegaremos a un mutuo acuerdo. Mi último inquilino no tuvo pegas pero no me convenía tener alguien así bajo mi mismo techo. No le eché, simplemente venció el contrato, ya era demasiado tiempo. Quedó reducido a cenizas, como leña que arden en la brasa. Te diré sinceramente que puedes quedarte cuanto quieras, podríamos firmar un contrato indefinido, he oído hablar tan bien de ti que si decides quedarte te lo voy a poner muy fácil para que no te quieras marchar. En cuanto te instales voy a poner tu nombre en el buzón, Felicidad, para que puedas recibir tu correspondencia sin demora, y ¿por qué no? Para que sepan que vives conmigo, que vivo contigo. El antiguo inquilino dejó algunos desperfectos, dañó tuberias y rompió paredes de este pequeño corazón que poco a poco, con tu ayuda y la suya se irá arreglando.
Ángel con jota
Ojala me vieras ahora mismo, no me falta nada, más que tú, tengo lo que quiero y quiero lo que tengo. Mil motivos para reír, pero los mismos por los que llorar, porque tú eres esos mil motivos.
Abrígate
Balance
No estes así, todos hacemos balance de los días del año que hemos vivido, recordamos momentos cuando este está próximo a acabarse. En este examen te das cuenta de toda la gente que ha podido pasar por ese año de tu vida, unos que fueron como estrellas fugaces, que tuvieron un paso breve o quizá insignificante y otros…otros que llegaron para quedarse. Ellos son los que su paso por tu vida, por tus días, es especial. Están ahí en los momentos buenos y en los malos, están ahí en los días grises y sabes ¿para qué? Para poner en tu cara la mejor de tus sonrisas y pintar ese cielo del color más bonito jamás visto.
+ Y mis estrellas especiales, aquellos que han pintado mis 365 días son ellos.
Todo-Nada
Cuéntales a los niños la verdad, desde un principio. No les cuentes cuentos que no les servirán para nada el día de mañana. Cuéntales como es la realidad, como es el mundo en el que tendrán que vivir, que lo vayan afrontando poco a poco y no se den el batacazo cuando pongan un pie en la calle, en esa calle donde todo lo que nos han contado de pequeños no vale para nada, donde nada es como habíamos estado imaginando todos estos años. Cuéntales como es la vida real, que van a tener que afrontar miedos y saltar barreras, que no se den por vencidos nunca, que se levanten de la caída hasta quedarse sin fuerzas. No te olvides de contarles que solo ellos son los autores de su vida, los protagonistas, que los demás son tan solo personajes que saldrán y entraran como si de una obra se tratase. Explícales que tienen que quererse, que tienen que valorar lo que tienen y mirar por ellos mismos, que hoy en día nadie piensa en el otro, egocéntricos todos. Explícales las veces que haga falta que sientan mil sensaciones únicas, mil emociones, mil sentimientos. Enséñales a luchar por lo que desean, a proponerse y cumplir sus propias metas, enséñales que tienen que estar orgullosos de ser quienes son, de tener lo que tienen. Edúcales para que sean autónomos, que no se dejen llevar por nadie, que nada les condicione, que tengan claro su camino, que nada les coarte a la hora de llevar a cabo sus sueños. Diles que el día de mañana, no olviden sus raíces, de donde provienen, que no olviden su pasado, su historia ni su destino jamás. Que tengan las cosas muy claras, que piensen libremente, que vayan a su aire y que opinen sin ajusticiar a nadie, que sean puros y sinceros que es lo único que no abunda en este mundo, al contrario que la mierda. Ayúdales a entender que van a tener que sufrir, que los amores de película y cuento de hadas no abundan, que puede que no encuentren el amor a la primera y que sentirán como su corazón queda reducido a cenizas mientras que pequeñas lágrimas inundan su preciosa cara. Diles y repíteles para que no lo olviden nunca, que el tiempo lo cura todo, que nada en esta vida por suerte o desgracia, nada es eterno.
Un pedacito de vida
Puede ser que llegue un día en el que te acostumbres a esperarme donde quedemos, los cinco minutos de todas las veces. Llegará un día en el lo que veas normal y te dé la risa cuando llegue antes que tú. No se te hará raro llamarme y que no lo coja, que lo lleve en silencio y no me dé cuenta. No te preocupes cuando salga con mis amigos de fiesta, controlo con el alcohol y no soy de hacer locuras, siempre llego a casa por mis propios medios. No te rayes cuando no conteste a los sms, no suelo tener saldo. No soporto el aire según salgo de casa y me he tirado un rato frente al espejo arreglándome el pelo. Te acostumbrarás a mi carácter, pero siempre te sorprenderá mí pronto, el genio que llevo dentro. Te darás cuenta cuando estoy nerviosa o impaciente, se ve a la legua. Sabrás que cuando tengo un día gris, de bajón solo necesito un abrazo, una sonrisa y poco más. Cuando digo no es no, no te esfuerces en intentar cambiarlo porque no me vas a convencer de lo contrario. No suelo fiarme mucho de las primeras apariencias, prefiero conocer y aprender si me llevo el chasco. Me gusta comprobar las cosas por mí misma, quiero equivocarme, herrar y volver a equivocarme, pero esta vez mejor. Cojo confianza rápido con aquel que me la da, pero igual que viene, si me fallas, se va. Suelo perdonar y si tengo que pedir perdón lo pido. Odio que me lleven la contraria cuando sé que tengo razón. No me gusta la gente que tiene dos caras ni aquella que critica sobre la vida de los demás, tampoco aguanto el qué dirán, que digan lo que quieran, a mi me da igual. No puedo con aquellos que van tirándose el pisto ni tampoco con los que no hablan claro y no dicen las cosas en su momento. No me gusta tampoco en una discusión un vale o un ya está, me altera los nervios. Pero habrá cosas a las que nunca te acostumbrarás…
__¿Te acuerdas de aquel tiempo en el que de mi boca no salía otro nombre que no fuese el suyo? ¿Qué no tenía otro tema de conversación que no fuera él? Hace tiempo de eso sí, todavía me sigo acordando, que estúpida pude ser, como me dejé engañar por el niño bonito de turno…
+ ¿Por qué me hablas así?
- ¿Por qué? ¿Tienes el valor de preguntarme por qué? ¿Después de todo me vienes con estas?
+ ¿Después de que nena?
- No me llames nena – ya no le gustaba que le tratase como antes.- Después de que me prometieras el cielo y la luna, de que desaparecieras varios meses como por arte de magia y volvieras como si nada, después de no saber nada de ti durante más de un año y aparecieras el día antes de mi cumpleaños con tus jodidas y encantadoras palabras y esperases hasta las 00:00 para felicitarme por mis 16 y volvieras a desaparecer hasta ahora, ¿y me preguntas por qué?
+ Fue un error, tenía problemas, lo siento muchísimo quiero estar contigo, vamos a intentarlo.
- Un error…fue tu mayor error, jugar conmigo como jugaste, fue tu mayor error sabes, porque caíste en tu propia trampa y acabaste llorando por los rincones ¿Quieres estar conmigo? Después de más de un año sin saber nada de mí, no me hagas reír.
+ Da igual el tiempo que haya pasado, caí en mi propio juego y ahora se ha convertido en mi propia realidad, ahora ciento que te quiero, siento mucho más que eso.
- No quiero ni una sola palabra tuya mas, no me creo nada.
+ Por favor, vamos a quedar y lo hablamos.
-Yo no tengo nada más que hablar contigo, ni ahora ni nunca…
+ Escúchame por favor, te quiero
- Ahora estoy bien, ni espero una llamada tuya, ni espero a que pasen los meses y des señales de vida, no espero ningún sms tuyo ni que te conectes desde hace mucho tiempo. No quiero que formes parte de mi vida, yo ya no siento nada, quiero que sigas tu camino, que todo te vaya perfecto, que te sonría la vida.
Y ¿Qué? ¿Qué te dijo el después?
- Nada, le bloqueé y al minuto recibí un sms suyo:”No tengas miedo a nada NUNCA, mírame a mí, el miedo me echó para atrás y desde aquellas navidades no te he podido sacar ni un minuto de mi cabeza.”
Silencio
Nadie decía nada, no sabían que decir y pensándolo mejor, así estaba bien, todo aquello decía mucho más que cualquier palabra que pudieran pronunciar. Una mirada sostenida, una sonrisa hecha boceto y dibujada al ver la de ella. Su mano que se aproxima y acaricia su delicada piel y como si hubiesen firmado un acuerdo, sin pensárselo dos veces pararon el resto del mundo con un solo beso.
Fue difícil el momento en el que sus miradas se cruzaron después de todo lo pasado, después de algo más de un mes volvieron a mirarse frente a frente. Una situación tensa, complicada y más en aquel lugar, donde tantas otras veces sus miradas decían otra cosa, hablaban por si solas. Una mirada sostenida unas decimas de segundo, sin saber muy bien qué hacer, pero sin apartarla. Millones de sensaciones recorrieron todo su cuerpo, miles de pensamientos chocaban, unos contra otros. Y entre sensaciones y pensamientos, por su memoria iban pasando diapositivas, como si de una película antigua se tratase, de momentos compartidos en aquel lugar.
Una situación fría, distante, comparada con todas las demás que habían vivido tiempo atrás. Palabras que intentaban expresar sentimientos, miradas que no se cruzaban por la falta de valor, porque cada uno de ellos miraba en una dirección. Uno al suelo mientras intentaban expresar entre nervios y bloqueo, todo lo que quería hacerla saber, y ella le miraba de vez en cuando con una sonrisa en la cara, que se desdibujaba si él la miraba con los ojos tristes y sin saber que decir. Seguían andando, sin saber dónde ir, pero esperando que el otro dijese algo. Y con la mirada hacia el suelo, caminando al mismo tiempo y levantando la vista, viendo su mano a pocos centímetros de la suya, los recuerdos y quizá las ganas de agarrarse a su mano, como hacían tiempo atrás, la obligaban a volver a mirar al suelo. Era difícil volver a mirarse, con otros ojos, mientras uno pensaba que lo que había dejado pasar ahora era lo que quería, y otro pensaba en todo lo pasado a su lado y a la vez el daño causado, eran sentimientos enfrentados.
Miedo
Change
Y mira, poco a poco, pero más rápido de lo que pensaba, de blanco a negro, cambió. Volvemos al principio, pero esta vez no habrá segunda parte, esa parte donde estaban las miradas, esas palabras, ese sentimiento, ese dolor, esas putas lágrimas, ni una más. El tiempo hace el olvido y ver como son las cosas realmente, te hace abrir los ojos y darte cuenta de la perdida de tiempo buscando algo que nunca llegaría, no contigo. Quizá, esto nunca tuvo que pasar de unas simples risas. Todo ha cambiado, estoy de puta madre, y tu ya no estás, no de esa forma que hacia que tu nombre estuviera en mi mente día y noche. Alomejor es que no eras tan esencial como pensabas, alomejor esque no eras como yo queria que fuera, alomejor no quiero quererte ya, alomejor no te necesito, alomejor hay veces que hasta me sobras.
Tú ya no estas, pero yo sigo siendo"
Una vez terminó cogió el sobre, se puso los zapatos y fue fumando un cigarro de camino al buzón, tranquila y relajada, se había desahogado y ahora se sentía mejor.